Katya valoró mucho tu tiempo y disposición de compartirnos esta hermosa historia de cómo Dios entro a tu Familia…léanla porfavor ?
Agradezco a Marysol la propuesta de colaborar con este tema que si bien no es fácil, para la mayoría de las personas con quienes ahora convivo es común y yo crecí pensando que las cosas comunes no me interesaban.
La verdad es que hablando de espiritualidad, yo solo estaba desinformada. Crecí sin formación religiosa, mis padres son excelentes personas que nacieron en familias católicas sin devoción y así educaron ellos a sus hijas. Ni a favor, ni en contra, totalmente indiferentes. Mis hermanas y yo fuimos entendiendo del tema lo que cada una quizo y lo que pudo, de los ejemplos de vida espiritual que tuvimos a mano, casi todos eran estrictamente religiosos. Ahora sé que espiritualidad y religión no son la misma cosa.
Cuando nacieron mis hijas, mi esposo y yo decidimos que era importante educar a nuestras hijas en la Fe y decidimos apegarnos a la religión católica que recibimos por herencia como un punto de partida. Todo era como “una buena idea”, “algo para las niñas”. Nunca imaginé el regalo que recibiría…personalizado, único y espectacular sólo para mí al decidir acompañar a mis hijas en el camino de encontrar a Dios en su corazón.
Empecé a aprender el catecismo junto con mis hijas, mi esposo tenía un poco más de idea que yo. No se pudo así, nomás por encimita……las niñas tenían mil preguntas y no pudimos solo leerlo… juntos en familia, hemos ido reflexionando por más de 10 años como Dios se hace presente en nuestras vidas y cuál es su mensaje de amor al mundo que Él mismo creó.
Acercarme a Dios abrió mi mente y mi corazón a través de la mirada de mis hijas para hacerme sentir cómo desde siempre, Él ha estado ahí. Aunque mis padres no me dieron una vida religiosa, Dios actuó en silencio a través de ellos y me hicieron sentir amada y protegida. Gracias a eso yo crecí tranquila y feliz.
Ahora que soy adulto y veo el mundo con los ojos de esposa y madre, doy gracias infinitas por poder confiar en que también para mis hijas este mundo será bueno. Aunque la visión es aterradora no siento miedo. Saber que Él está ahí, conmigo me da paz, serenidad y claridad mental para entonces hacer lo que si me corresponde, lo que sí me toca. Para asumir mis responsabilidades con amor, más aun las que me cuestan trabajo, realizar con gozo y alegría lo que no me gusta hacer es lo que me acerca más a Él, es lo que fortalece mi espíritu.
La espiritualidad es la forma en que las personas nos relacionamos con Dios y es parte de nuestra naturaleza humana, la religión es una opción, hay tantas como manifestaciones culturales en el mundo, sin embargo no existe ser humano que no busque una relación con Dios. Los ateos la rechazan porque la reconocen, si no pudieran sentirla no darían tantas explicaciones del por qué no la aceptan.
Dios está en nosotros y no nos obliga a escucharle, es decisión de cada quien prender o apagar su micrófono porque aun en bajito Él sigue hablándonos, cumpliendo su promesa de jamás dejarnos solos.